No debes castigar a una persona adolescente por 4 motivos:
1️⃣ porque si sienten que es algo impuesto la respuesta puede ser discusión, rencor e incumplimiento sistemático: «que te lo crees tú, si me obligas no lo hago».
2️⃣ porque se estimula la clandestinidad, las animas a mentir y a esconderte cosas: «lo haré sin que te enteres».
3️⃣ porque les genera mucho malestar emocional que en esta etapa aumenta las conductas de riesgo: «nadie me entiende, me fumo un peta a ver si se me pasa el mal rollo».
4️⃣ y el más importante desde el punto de vista educativo: no aprenden a responsabilizarse de sus decisiones ni sus compromisos: «tenía que estar en casa hace una hora, he pasado de contestar los whats de mi madre y me va a caer una buena» en lugar de «he acordado que tenía que estar en casa a las 12, espera que llamo a mi madre para explicarle lo que pasa y saber si puedo quedarme un poco más».
Buscamos la responsabilidad, no la obediencia 😉

Los CASTIGOS son imposiciones de las personas adultas. No tienen que ver con nuestras decisiones, sino con la mirada adulta de la persona que los pone.
Si yo no entiendo la relación entre lo que hago y lo que pasa, no aprendo
Si yo entiendo qué pasa si tomo esa decisión y para qué debo hacerlo diferente, integro el aprendizaje
Por eso es tan importante educar poniendo el foco en las consecuencias lógicas de lo que hacemos en lugar de en penalizar.
Porque para aprender tenemos que poder dar significado a lo que vivimos.




Un par de ejemplos de castigo vs consecuencia:
1️⃣
Como me has faltado al respeto, te quito el móvil.
Cuando me has hablado así me he sentido mal. Entiendo que te hayas enfadado, sé que esto es importante para ti, pero si cuando nos enfadamos nos insultamos no podremos entendernos. Yo necesito que me pidas disculpas. ¿Qué necesitas tú? ¿Qué podemos hacer la próxima vez para que esto no nos pase?
2️⃣
Como has incumplido el acuerdo mediante el cual te habías comprometido a llegar a las 9, mañana no sales.
Habíamos acordado que llegarías a las 9 y que me avisarías si no podías llegar a esa hora. No has avisado y has llegado a las 10. Cuando te he llamado no me has contestado y me he preocupado porque pensaba que te había pasado algo. Si cuando nos comprometemos no cumplimos, no podremos confiar la una en la otra. Yo necesito que me pidas disculpas por haber roto nuestro acuerdo. ¿Qué necesitas tú? ¿Qué tendría que pasar ahora? ¿Qué podemos hacer diferente la próxima vez?
Educar en la responsabilidad y desde el respeto lleva su tiempo.
Ya ves que necesitamos autoregular nuestras emociones y autocontrolar nuestra conducta para poder articular un discurso que las ayude a aprender.
Los castigos son rápidos, con una frase tienes bastante, pero no generan aprendizajes. Son pan para hoy y hambre para mañana.
Explicar las consecuencias y generar reflexión sobre ellas es más laborioso, pero las ayuda a internalizar un discurso que les facilitará relacionarse en su vida adulta y poner límites.
#aeducarseaprende
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Hola,tu libro no está a la venta? Solo es para las personas que asisten a los talleres?
El próximo año estará disponible para todas las personas que lo necesiten! Un abrazo grande!